Tras 16 días de competencias, Barranquilla apagó las luces y los escenarios quedaron en silencio. Los deportistas convivieron por última vez en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y ahora, se prepara Panamá para recibir dentro de cuatro años esta justa regional.

 

El presidente de Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE), Steve Stoute, dijo que estos Centroamericanos han sido los mejores Juegos de la historia.

 

"Esta noche no queremos decir adiós porque la gente de Barranquilla, de Cali, de Bogota, vivirán por siempre en nosotros. Su amabilidad, sus sonrisas, su hospitalidad siempre estarán con nosotros  y nunca lo olvidaremos", indicó.

 

De esta manera, el alcalde de Panamá, José Isabel Blandón dijo que Barranquilla organizó unos Juegos extraordinarios y ahora Panamá se prepara para recibir este evento en el año 2022.

 

Con sonrisa, entusiasmo, pero sobre todo con la fuerza y la alegría de haber representado a su país ante los mejores del área, los deportistas desfilaron más relajados y felices por haber vivido una nueva experiencia.

 

El desfile de las banderas que tuvieron presencia en las instalaciones deportivas, marcó la despedida de los atletas que dejaron su esfuerzo, por la lucha de las medallas en esta justa regional que reunió a cerca de cinco mil atletas.

 

La llama centroamericana se extinguió en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez y de esta manera, Barranquilla pasó la batuta a Panamá, bajo música, alegría y ambiente al son de la guachena, un desfile de luces y faroles que se hace previo al carnaval.

 

Los tambores sonaron por parte de los representantes de las Casas Distritales de Cultura. La cumbia, la danza folclórica, la danza del garabato que representa la vida y la muerte, la danza del Congo, el ritmo afrocolombiano, pero sobre todo, las marimondas que dejan huella en el carnaval y que cerraron la fiesta regional que estuvo acompañada de fuegos artificiales que iluminaron el cielo de Barranquilla.